El desamparo como plan estratégico

Llaman “gentrificaciòn” al proceso de desplazamiento y/o despojo inducido por agentes inmobiliarios y/o grupos sociales portadores de mayores capitales (en complicidad con los gobiernos). En otras palabras: llevar a lxs pobres para tierras de menor valor para apropiarse con fines económicos de otras tierras ubicadas en zonas privilegiadas por los recursos naturales de los que disponen, su ubicación geográfica, etc. 

Como es sabido, el barrio Kennedy existe hace más de cuarenta años en Maldonado, a diferencia de otros barrios que se formaron en el departamento  en condiciones similares, para las personas del Kennedy  nunca se planteó desde el gobierno departamental un plan de regularización para que las familias que construyeron allí sus tramas de vida materiales y simbólicas tuvieran la posibilidad de regularizar en el mismo predio. En etapas se fue realojando a distintas familias hacia otras tierras de menor valor, ubicadas lejos del barrio, de la playa, de los montes de pino y eucalipto, del parque el jaguel, de la barra y de Punta del Este. Algunos de estos realojos fueron en modalidad de” ayuda mutua” donde cada familia tenía que cumplir horas en la construcción de las viviendas, esto se generó sin el proceso previo que suelen tener las viviendas de ayuda mutua, sin trabajo grupal con la vecindad  ni participación para pensar cómo iba a ser ese nuevo barrio, la idea de ayuda mutua fracasó.Muchas personas se fueron y mejoraron de alguna forma su situación edilicia pero no necesariamente su condición de vida en cuanto al acceso a otras oportunidades de trabajo, educativas, ni a propuestas que hacen a la convivencia y participación ciudadana ni se generaron condiciones para ello, por ejemplo en el caso del realojo al barrio 14 de febrero y Cañada Aparicio, les vecines no cuentan hasta ahora con comunal, escuela cercana, ni centro deportivo como se les había prometido. 

Cuando era niña, no entendía tanto lo que pasaba, corría por adentro del monte, jugábamos a mojarnos en los regadores de las mansiones, nos metíamos a las piscinas, jugábamos a la lotería en el comunal, juntábamos pelotas de golf, íbamos al jaquel a toda hora…A medida que fui creciendo, vi como iban quitándonos lo poco que teníamos a nuestro alrededor, desde las actividades del comunal, hasta los árboles del monte, donde jugábamos. Empecé a entender que era el costo de lo que teníamos que vivir por haber elegido quedarnos en estas tierras.

Mientras algunas  familias fueron realojadas sin ninguna posibilidad de decidir sobre el proceso, en el barrio Kennedy  las familias que se quedaron tuvieron que pagar el precio de quedarse,  se agudizó cada vez más el desamparo y el abandono por parte del estado, tanto en las condiciones sanitarias, de infraestructura y seguridad pública.

Estas palabras que se traducen a acciones o mejor dicho a inacciones, si bien estuvieron siempre presentes en lo que al Kennedy se refiere,  se han potenciado, aún más, en estos últimos años. 

Cuando no teníamos nada o estábamos pasando mal, vinimos para acá y nos armamos una casa pero ya sabíamos que no era fácil, porque pasan muchas cosas acá y a nadie le importa.Solo aparecen cuando precisan que los votemos.

Según cuenta un grupo de vecines, cada vez que solicitaban un apoyo para arreglar alguna calle, para colocar contenedores de basura, lomos de burro, o alumbrado, para solicitar una ambulancia o transporte escolar, siempre hubo una negativa por parte de las autoridades, argumentando que el Kennedy era un asentamiento que se quería sacar y por lo tanto, no iban a brindar ningún servicio ni apoyo. Nunca importó que vivan familias con niñes y adolescentes en situaciones de extrema precarización y sin institucionalidad presente. 

Los porfiados modos de subsistencia contra el olvido y el clientelismo político

Quienes detentan el poder, han sabido preparar el terreno con años de desamparo estatal y marginación sociocultural.La vecindad ha sido privada durante décadas de  los servicios y derechos esenciales, pese a esto, siempre han existido pequeños movimientos de resistencia, que han sabido estar a favor de la vida y de lo comunitario. Han sido les vecines de a pie, quienes han desarrollado  acciones de solidaridad cotidianas, como las ollas populares, las meriendas, los encuentros, actividades para compartir, potenciando el no ser indiferentes ante situaciones extremas e injustas. Estas acciones generan códigos y redes de cooperación que aún perduran. Por las tardes por Isabel de Castilla entre la música alta, la rueda de mates, se ve venir a  la vecina que clasifica, y  deja un palo de escoba al pasar, porque sabía quién estaba necesitando uno…

Monte de Eucaliptos antes de ser talado
Foto: Vecina del barrio Kennedy

La estrategia de desgaste también hace mella, mucha gente se cansa, se aleja, se siente impotente, algunos llegan a no querer vivir más y/o terminan odiando el barrio cansades de ser estigmatizados constantemente, de no tener acceso al trabajo ni a la educación, no tener frecuencia de transporte , una policlínica completa, escuela o alumbrado público.

 Yo me tengo que ir a llevar a mi hija a la escuela de la cachimba , caminando. El ómnibus que pasaba, hace como dos años que no pasa más y el 16 que pasa por Aparicio Saravia, no me sirve porque no va para ese lado. Los días de lluvia, la maestra ya sabe que no va.

Desde la formación del barrio, en más de una oportunidad han existido grupos y comisiones barriales que intentaron de forma colectiva iniciar los trámites legales para regularizar la situación de los terrenos mediante un juicio de prescripción adquisitiva, estas iniciativas no prosperaron producto de las acciones sistemáticas de las autoridades departamentales para desestimar y desarticular la organización barrial generando desconfianza entre vecines y haciendo acuerdos particulares. Ejemplo de esto es que según nos cuentan les vecines  en el año 2015, se cerró el comunal para fines comunitarios, se quitò el equipo tècnico que estaba trabajando en el barrio y se creó una comisión barrial manejada por el gobierno municipal, donde se le pagaba a un vecino un salario mensual y se le asignaban tareas de “operador barrial”, su encargo era el de controlar que nadie ocupara y dar información a la intendencia de cada situación familiar. De esta forma el gobierno departamental tenía mayor control sobre les habitantes del barrio y se valió del clientelismo para conservarlo. 

¿Etapa final? Realojo con desalojo y el modus operandi de los gobernantes de turno…

(…) Asì como tambièn no me olvidarè jamàs de los intereses mezquinos de quienes nos gobiernan.

En los últimos años se viene planeando un “plan estratégico” que intentará sacar al Kennedy en su totalidad para  vender estas tierras, que tienen un valor estimado  de 20 millones de dólares. En esta última etapa de realojo, la asignación de viviendas dependía pura y exclusivamente de la dirección de vivienda de la intendencia departamental que se proveía de la información que le brindó un grupo de vecinos a cambio de diferentes beneficios, y de un equipo técnico también dependiente de la intendencia. 

Este equipo técnico fue el encargado de realizar un censo en el barrio durante el 2015 y otro relevamiento en 2021. Al día de hoy no se conocen los criterios empleados para procesar la información decidir a quien censar, y ejecutar el plan de realojo. En el barrio unas 70 familias son amenazadas con ser desalojadas, durante las primeras semanas de febrero, varias de ellas, han recibido notificaciones de la intendencia con orden de abandono de la vivienda en plazos de 24 hs. Muchas de las personas que no fueron censadas se presentaron en la dirección de vivienda, allí además de la falta de negarse ante las alternativas planteadas, las personas han sido humilladas y nuevamente amenazadas. 

No piensen que les vamos a solucionar la vida…” son las palabras que dice quien se desempeña en el rol de psicóloga del equipo técnico de la dirección de vivienda de la intendencia de Maldonado. A su lado el Dr. de la división departamental Lussich golpea el escritorio a puño cerrado “Usted sabía bien que el Kenedy no podía comprar”  

Al mismo tiempo que algunas familias son amenazadas con desalojo, existen adjudicaciones de viviendas a dueños de otras propiedades y negocios fuera del barrio, personas que además integran listas y cargos políticos del partido nacional.

Un   informe elaborado por la intendencia en el marco del plan de realojo del Barrio Kennedy (2021) fundamenta que las personas que habitan el barrio “han caído en un círculo vicioso, sin capital humano, que no le permite la inserción social” Este enfoque además de ser estigmatizador adjudica la responsabilidad a las personas y familias por la situación en la que “han caído”, como si se tratara de su exclusiva voluntad individual o de hechos fortuitos. Por otra parte , oculta la responsabilidad del estado de brindar oportunidades reales, de acceso a ese capital cultural, social que les fue negado todos estos años. Por otro lado el informe señala que “el equipo técnico social de la IDM que está a cargo del trabajo en territorio con las familias, “cuenta con una vasta experiencia en programas y procesos de desarrollo social y barrial, además de contar con la adecuada formación..(…) “ los ejes del proyecto social se definirán a partir de un diagnóstico y seguimiento, que deberán desarrollarse concomitantemente con la ejecución de las obras y se continuarán en el proceso de post-obra o post mudanza”. Entre estos ejes, se mencionan: “ Comunicación- Organización de las familias del asentamiento para el seguimiento del proyecto integral del realojo, definición de alternativas habitacionales según el perfil de cada familia y sus redes familiares y vecinales”. El testimonio de la vecindad sobre el hermetismo y la discrecionalidad con la que se han tomado las definiciones, la falta de participación que relatan y los malos tratos recibidos en distintas oportunidades por representantes comunales, desde funcionarios, cargos técnicos y autoridades, en nada condice con la forma en que se ha procedido, tomando definiciones que responden a la especulación inmobiliaria y a intereses de privados por sobre los de cientos de personas que han construido su trayecto de vida en torno al barrio.  

Si nos hubieran ayudado a construir viviendas acá, arreglar las calles, los pozos, o hubieran puesto una escuela, un caif como en todo barrio, sería otra cosa.

Vallés define la política pública como “un conjunto interrelacionado de decisiones y no decisiones  que tienen como foco un área determinada de conflicto o tensión social” (2006), estas decisiones tienen carácter coercitivo por ser adoptadas institucionalmente. Si la política pública es la gestión del conflicto social, la ausencia de políticas, las “no decisiones” también son parte de una política pública, en tanto construyen subjetividad, agudizan un conflicto social o bloquean su solución. El realojo forzado, sin la participación de las personas directamente involucradas, constituyen una forma de hacer política, donde el derecho a la tierra, a la vida digna, a la cercanía de los recursos naturales del departamento se convierte en un privilegio del que pueden gozar quienes pueden pagarlo. Los flujos migratorios del campo a la cuidad, la alta tasa de trabajos informales y estacionales vinculadas al turismo, el altísimo costo de la tierra y los alquileres, el transporte público más caro de uruguay,constituyen una realidad que no puede ser cargada a las personas que la viven como una culpa. Muchos otros barrios de Maldonado se formaron inicialmente como asentamiento y atravesaron procesos de regularización y realojos en condiciones muy distintas a las que se dan ahora con las familias del Kennedy. 

Continuará…

Referencias

Informe (2021) Programa Realojo «Asentamiento Kennedy» IMM .

Josep Vallés (2007), Ciencia Política, una introducción.