Ayer, sábado 28 de junio, Lima se transformó en un vibrante epicentro de celebración y reivindicación con la realización de la Marcha del Orgullo LGBTIQ+ 2025. Decenas de miles de personas, superando las 50,000 estimadas, llenaron las calles de Jesús María en una jornada histórica que reafirmó la lucha por los derechos y la visibilidad de la comunidad, a pesar de las trabas burocráticas y la falta de apoyo municipal para el estrado principal.
A diferencia de años anteriores, donde la marcha solía culminar en el Cercado de Lima, esta edición tuvo un recorrido estratégico. La movilización partió a las 3:00 p.m. desde la Avenida La Peruanidad, en el Campo de Marte, Jesús María. Desde allí, el mar arcoíris avanzó por las avenidas Salaverry, San Felipe, Garzón y 28 de Julio, para luego regresar a la Avenida La Peruanidad. Esta ruta, aunque diferente a la tradicional Plaza San Martín, permitió que la marcha fuera vista por una audiencia aún mayor, llevando el mensaje de inclusión a nuevos rincones de la ciudad.

El Patriarcado Opresor Poniendo Obstáculos: Sin Estrado, pero con Voz Amplificada
A pesar de la masiva convocatoria y la colaboración con algunas entidades, la organización de la Marcha del Orgullo 2025 enfrentó importantes desafíos. Una de las principales dificultades fue la negativa de la Municipalidad de Jesús María para otorgar la autorización para la instalación del estrado principal en la Avenida La Peruanidad. Esto obligó a los organizadores a adaptar la logística del evento, lo que significó que las presentaciones y discursos se realizaron de manera más itinerante o con recursos alternativos, demostrando la capacidad de adaptación de la comunidad frente a la falta de apoyo oficial.
Asimismo, se reportaron trabas por parte de la Municipalidad Metropolitana de Lima en ciertos aspectos logísticos y permisos, lo que generó frustración entre los organizadores. A pesar de estas dificultades, la perseverancia de la comunidad y sus aliados permitió que la marcha se desarrollara con éxito, evidenciando que la determinación por la igualdad puede superar barreras institucionales.
La jornada fue una explosión de color, música y creatividad. Carros alegóricos adornados, banderas arcoíris de todos los tamaños, disfraces elaborados y pancartas con mensajes potentes llenaron el ambiente de energía positiva. Familias enteras, jóvenes, adultos mayores y aliados de la comunidad se unieron en un espíritu de hermandad, demostrando la creciente aceptación y el apoyo a la diversidad en la sociedad peruana.
Hubo presentaciones artísticas que amenizaron la tarde, destacando la participación de talentos como Milena Warthon, ganadora de Viña del Mar, y la salsera Angie Chávez, quienes con su música amplificaron el mensaje de orgullo y resiliencia. El Colectivo Marcha del Orgullo Lima trabajó en estrecha coordinación con la Autoridad de Transporte Urbano (ATU) y la Policía Nacional del Perú para garantizar la seguridad y el orden de la movilización, incluyendo desvíos vehiculares que permitieron el desarrollo fluido del evento.
Mujeres Trans en Resistencia contra Él Patriarcado Feroz
Más allá de la celebración, la Marcha del Orgullo 2025 fue un contundente recordatorio de las tareas pendientes en materia de derechos LGBTIQ+ en el Perú. Pancartas y cánticos exigieron la aprobación de leyes que combatan la discriminación, el reconocimiento del matrimonio igualitario o la unión civil, Una ley de género para las personas trans y la implementación de políticas públicas que aseguren la dignidad y protección de todas las personas.
Un aspecto destacado de la movilización fue la fuerte presencia y el liderazgo de organizaciones que trabajan directamente con las poblaciones más vulnerables de la comunidad. Casa Trans Zuleymi, por ejemplo, marchó con una delegación numerosa y visible, alzando la voz por los derechos de las personas trans y las trabajadoras sexuales, visibilizando sus demandas específicas de acceso a la salud, vivienda y seguridad. Su participación subrayó la interseccionalidad de las luchas y la necesidad de políticas inclusivas que atiendan las realidades de cada subgrupo dentro de la comunidad LGBTIQ+.
La presencia de congresistas y figuras públicas aliadas a la causa resaltó la importancia política del evento, que se da en un contexto donde, según activistas, existen amenazas de leyes discriminatorias. La congresista Susel Paredes, por ejemplo, enfatizó la necesidad de seguir luchando y la intención de presentar acciones de inconstitucionalidad contra normativas que afectan a la comunidad, como la ley que restringe el uso de baños a personas trans.

Lima fue solo una de las muchas ciudades en Perú que se tiñeron de arcoíris este 28 de junio. Ciudades como Arequipa, Ayacucho, Cajamarca, Chiclayo, Iquitos, Piura, Trujillo, entre otras, también realizaron sus propias marchas, demostrando el alcance nacional del movimiento y la creciente conciencia sobre la importancia de la diversidad.
El Orgullo Lima 2025 se cierra como una jornada memorable, no solo por su magnitud y el entusiasmo desbordante, sino por su potente mensaje: la existencia es resistencia, y la exigencia de justicia e igualdad es un compromiso que resuena con cada paso dado en la marcha. A pesar de los obstáculos institucionales, la comunidad LGBTIQ+ y sus aliados en el Perú siguen alzando la voz, recordándonos que el respeto, la libertad y el amor son derechos fundamentales para todos.
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Importante que estos espacios sigan existiendo y debe haber más porque el Perú ya es un país invivible.