Nosotras, mujeres y disidencias afro, de Uruguay y Latinoamérica, de cuerpos racializados, nos enfrentemos a diario a las miradas y prácticas sutiles y no tan sutiles del Racismo. Que si bien ha mutado en el tiempo aún persiste y ha tomado forma hasta hacerse cuerpo en lo institucional. Por esto, muchas prácticas cotidianas se expresan impunes y nos niegan como ciudadanas de forma continua experimentamos más violencia tanto en el ámbito público como privado, como demuestran los indicadores de violencia basada en género, la hipersexualización de nuestras cuerpas, la pobreza estructural tiene rostro de mujer afro y por si fuera poco, por denunciar lo que vivimos sufrimos la criminalización de nuestras luchas.

Esta lucha es por la que estuvieron antes por las que estamos y por las que vienen, por las que quieren estar y no pueden, aquellas que están al norte de nuestro país donde también habemos  mujeres afro , y donde se recrudece el racismo, donde su lucha es resistir en soledad la cara más cruda del racimo a la sombra de sus cómplices. 

Por esto, sostenemos que la lucha contra el racismo no es solo nuestra, que no debemos darla en soledad, así como históricamente el feminismo Afro ha apoyado las luchas de todes, esta también es una lucha de todes. Entendemos que ser antirracistas implica revisar los privilegios, como una práctica que debemos llevar todos los días, porque ser antirracista es tomar una actitud de conciencia frente al otres. 

Las mujeres y diversidades afro vivimos en nuestros cuerpos múltiples discriminaciones basadas en género, edad, etnia, clase social y orientación sexual. Existe una gran desigualdad con respecto al empleo, salud, educación y acceso a la participación política, así como al reconocimiento de los aportes en la cultura, que continúa siendo limitada para nosotras. El racismo estructural e institucional marca y determina de forma radical nuestro desarrollo humano.

No nos cansaremos de recordar que las razas no existen, que la raza se inventó para justificar la explotación y opresión de la esclavitud, esclavitud que terminó hace muy poco tiempo en nuestro continente y que hasta el día de hoy se mantiene viva bajo diferentes máscaras. El racismo nació del discurso científico y sostiene el sistema capitalista hasta nuestros días. 

Aún así, estos argumentos permanecen inalterables en esencia hoy en día, transformándose y permeando en las idiosincrasias de nuestros sistemas socioculturales latinoamericanos y por tanto han dado forma a la distribución de las poblaciones, han naturalizado la segregación y exclusión, la distribución de capitales y riqueza. La raza ha sido y sigue siendo marcador social. La raza es un entramado de opresiones porque ha permeado las formas de pensarnos, de construir al otro, de relacionarnos.

Entendemos que el racismo es un pilar de la dominación capitalista: el  clasismo, el machismo, la heteronorma y los valores religiosos al servicio de la economía neoliberal que lo sustenta.
Pero sepan que: DONDE HABITAN NUESTROS CUERPOS HABITA LA LUCHA ANTIRRACISTA!!